viernes, 11 de julio de 2014

Se acaban el Bosque de Aragón; tala, malos manejos e inseguridad

Ciudad de México.- En el Bosque de Aragón se detuvo la tala de árboles, pero no los asaltos dentro del que es considerado el segundo pulmón de la ciudad; tampoco cesan las protestas por parte de trabajadores que fueron despedidos sin razón aparente y que ahora suman 19.
Desde hace dos semanas los empleados mantienen un plantón en la entrada del Bosque, que se ubica en la avenida Loreto Fabela, donde subsisten gracias al apoyo de algunos vecinos de la delegación Gustavo A. Madero.
Ellos denuncian que además de los despidos injustificados, autoridades han permitido que el bosque muera poco a poco y manejan “en lo oscurito” los fondos que se obtienen del cobro de la renta de áreas verdes, estacionamientos y baños.
Cobros que además, aseguran, son indebidos; por el baño cobran cinco pesos por persona, por el estacionamiento 38 pesos por automóvil, mientras que por el uso de áreas verdes se cobra hasta 82 pesos.
De acuerdo con los trabajadores, esto representa ganancias importantes para los encargados del Bosque de Aragón, en virtud del número de personas que a diario utilizan esta zona para hacer ejercicio, además de las familias que lo visitan en fines de semana. En total acuden a este bosque 3.5 millones de personas al año.
De todos esos recursos, que se suman a los 21 millones de pesos que recibió Lorna Angélica López Nicolás, directora de ese espacio, los trabajadores desconocen el destino.
Explicaron a Crónica que dentro del bosque y fuera de la pista de corredores, existen tiraderos de basura que representan focos de infección, zonas inundadas, además de que a diario se cometen por lo menos dos asaltos y ocurren con frecuencia robos de inmobiliario como candados, cadenas, cables de luz, entre otros.
La falta de atención llega a tal grado que cuando se han registrado accidentes con corredores, por torceduras, raspaduras, y hasta fracturas, sale a relucir la carencia de equipo de emergencia y siquiera de un botiquín.
Estas anomalías se solucionarían si el dinero recaudado se utilizara para más vigilancia, poda constante y atención al área verde; sin embargo, los fondos desaparecen cada mes, sin saber que pasa con ellos.
Pero los 57 empleados eventuales, y los 250 que cuentan con base, no son los únicos en manifestar su rechazo el estado que guarda el Bosque de Aragón, también lo hacen los ciudadanos.
Abigail Sánchez, visitante asidua del bosque, expresó a este diario su molestia con las modificaciones al área verde, pues además de la tala de cinco mil árboles, se rumora que se construirán espacios que ofrecería alimentos a los asistentes.
“Ahora está horrible, a mi parecer dejó de ser un bosque para convertirse en un parque más. Se descuidó por muchos años, el argumento siempre fue que los árboles estaban enfermos, pero nunca hubo una campaña para reforestar, pero sí la hubo para tirar los árboles”, lamentó.
Tanto los trabajadores como quienes acuden al bosque esperan que la Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal, a cargo de Tanya Müller García, informe sobre la tala indiscriminada en este pulmón de la ciudad, así como el destino de los recursos que se han asignado para este espacio.

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