Toluca, Méx.- Con 90 toneladas de medicamentos caducos recolectados en los últimos dos años, el Estado de México es la segunda entidad en el país que más realiza esta actividad, lo que representa una reducción en los riesgos sanitarios para la población.
Víctor Ramírez Cruz, Director de Regulación Sanitaria del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), explicó que esta recaudación se lleva a cabo en territorio mexiquense ya que, según la Ley General para Prevención y Gestión Integral de Residuos Peligrosos, cuando las medicinas expiran son consideradas dañinas para el ambiente y para el ser humano.
“Esta política que se inició desde el Gobierno Federal pretende tener control adecuado en las farmacias para que no expendan medicamentos caducados y que la disposición no se convierta en un peligro”, indicó.
Tras estas medidas el ISEM, junto con el Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases de Medicamentos (Singrem), instaló 634 contenedores en farmacias de cadena, farmacias que no pertenecen a cadenas comerciales, centros comerciales, Centros de Salud, hospitales y clínicas para el depósito de los productos.
Con ello se obliga a laboratorios, distribuidores, servidores púbicos y a la población en general a tener un control de la disposición de residuos y planes para ello, lo que ha permitido una recolección de tres toneladas mensuales en promedio en toda la entidad.
Las acciones en la materia permitieron que en el pasado mes de marzo la administración estatal recaudara más del doble de la media mensual, con ocho toneladas de productos expirados, mismos que ya no llegaron a la población.
“Estamos buscando esquemas que logren mayor sistema de recolección en Centros de Salud e instituciones públicas, con lo cual queremos llegar a juntar cuatro toneladas en promedio al mes”, comentó Ramírez Cruz.
El funcionario detalló que del total de lo obtenido, 10 por ciento es analizado de manera química y física, asimismo sirve para generar una estadística de cuáles son los medicamentos que más caducan en el Estado de México; el resto, personal de la Dirección de Regulación Sanitaria lo coloca en bolsas especiales y lo quema en hornos llamados “cementeros”.
REPORTEROS EN MOVIMIENTO
Víctor Ramírez Cruz, Director de Regulación Sanitaria del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), explicó que esta recaudación se lleva a cabo en territorio mexiquense ya que, según la Ley General para Prevención y Gestión Integral de Residuos Peligrosos, cuando las medicinas expiran son consideradas dañinas para el ambiente y para el ser humano.
“Esta política que se inició desde el Gobierno Federal pretende tener control adecuado en las farmacias para que no expendan medicamentos caducados y que la disposición no se convierta en un peligro”, indicó.
Tras estas medidas el ISEM, junto con el Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases de Medicamentos (Singrem), instaló 634 contenedores en farmacias de cadena, farmacias que no pertenecen a cadenas comerciales, centros comerciales, Centros de Salud, hospitales y clínicas para el depósito de los productos.
Con ello se obliga a laboratorios, distribuidores, servidores púbicos y a la población en general a tener un control de la disposición de residuos y planes para ello, lo que ha permitido una recolección de tres toneladas mensuales en promedio en toda la entidad.
Las acciones en la materia permitieron que en el pasado mes de marzo la administración estatal recaudara más del doble de la media mensual, con ocho toneladas de productos expirados, mismos que ya no llegaron a la población.
“Estamos buscando esquemas que logren mayor sistema de recolección en Centros de Salud e instituciones públicas, con lo cual queremos llegar a juntar cuatro toneladas en promedio al mes”, comentó Ramírez Cruz.
El funcionario detalló que del total de lo obtenido, 10 por ciento es analizado de manera química y física, asimismo sirve para generar una estadística de cuáles son los medicamentos que más caducan en el Estado de México; el resto, personal de la Dirección de Regulación Sanitaria lo coloca en bolsas especiales y lo quema en hornos llamados “cementeros”.
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