miércoles, 20 de noviembre de 2013

Abuso y violencia contra niños se da en la sombra: Unicef

México, DF. Con demasiada frecuencia, el abuso a los niños ocurre en la sombra: no se detecta ni se declara, y –peor aún– en muchos casos se acepta, afirmó el director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake, tras señalar que “todos tenemos la responsabilidad de ‘hacer visible lo invisible’, desde los gobiernos que promulgan y hacen cumplir las leyes que prohíben la violencia contra los niños, hasta los ciudadanos particulares que se niegan a permanecer en silencio cuando son testigos del abuso o sospechan que existe”.
Al conmemorar este miércoles a nivel mundial el 24 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, la UNICEF exhortó a visibilizar con mayor fuerza a los millones de niños, niñas y adolescentes que en todos los países y en todos los niveles de la sociedad son víctimas de la violencia, que continúa pasando desapercibida y sin denunciarse.
En un comunicado advierte que "la violencia contra los niños adopta muchas formas, incluyendo la violencia doméstica, el asalto sexual y las prácticas disciplinarias severas, y a menudo se produce en situaciones de guerra y conflicto. Puede causar daños físicos y daños psicológicos en los niños”.
A pesar de los avances logrados en materia de derechos humanos en la legislación mexicana, como por ejemplo elevar a rango constitucional el interés superior del niño, aún existen desafíos como el abatir la violencia que se ejerce contra las niñas y adolescentes indígenas.
“Las niñas y adolescentes indígenas sufren violencia dentro y fuera de sus comunidades, son las más vulnerables a ser explotadas laboral y sexualmente. También enfrentan la violencia de género en sus relaciones sociales, de familia y de pareja, la cual está relacionada principalmente con agresiones sexuales, emocionales o físicas.” subrayó Isabel Crowley, representante de UNICEF en México.
Otro factor de exclusión que afecta particularmente a las niñas y adolescentes indígenas es la falta de inclusión educativa pues 52.5 por ciento de las niñas entre 12 y 14 años que viven en zonas rurales en México no asisten a la escuela según el Censo 2010. En el caso de los hogares más pobres y con condición de habla indígena, 51 por ciento del total que no asisten a la escuela son mujeres.
Asimismo, la unión conyugal a edades tempranas condiciona las oportunidades que pueden tener en la vida las adolescentes porque limita y/o dificulta la continuidad escolar y porque las obliga a asumir responsabilidades y obligaciones domésticas. Además, uniones tempranas pueden asociarse con una maternidad temprana, por ejemplo, en 2010 el 19 por ciento de las adolescentes indígenas de 15 a 19 años ya eran madres. Señala que la Encuesta de Salud y Derechos de las Mujeres Indígenas (ENSADEMI) 2008, llevada a cabo en ocho regiones indígenas del país, destacó que 68.51 por ciento de todas las mujeres encuestadas, tenían entre 9 y 19 años cuando obtuvieron matrimonio y 26 por ciento de éstas tenía 15 o menos al momento de su matrimonio.
Vanguardia

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